Miel versus azúcar
Debido a una costumbre histórica, cuando vamos a endulzar cualquier bebida o postre, pensamos automáticamente en azúcar y no en miel.
Las grandes empresas azucareras de principios de siglo XX se encargaron de colocar al azúcar en la base de la pirámide alimenticia mundial, dejando a la miel en un segundo plano. Esto era así y hacía tanto tiempo de ello que nadie lo cuestionaba hasta ahora. La aparición de la paleodieta y otras dietas ricas en proteínas ha hecho que le demos la vuelta a la pirámide, creada en función de intereses económicos de algunos; así, alimentos que antes eran esenciales en la dieta ahora no lo son tanto. Esto también ha afectado a la miel, que ha pasado a tener un papel muy importante en la dieta de los deportistas y cada vez es más utilizada para endulzar las bebidas de éstos.
Un estudio realizado a ciclistas reveló que consumir 60 calorías de miel (una cucharada) con agua cada media hora funcionaba tan bien como el gel energético, mejorando el ‘sprint’ al final de un largo entrenamiento. Por otro lado, también se demostró que 60 calorías de azúcar no aportaban nada. La clave de estos resultados radica en las diferencias de composición y micronutrientes que existen entre estos dos edulcorantes:
Composición
Azúcar: 100% sacarosa
Miel: 80% sacarosa, 20% agua
El azúcar se extrae del jugo de la caña de azúcar, que es rico en minerales y vitaminas, pero estos resultan destruidos tras el proceso industrial de blanqueado, dejando sólo sacarosa. En cambio, la miel es el néctar de las flores y no pasa por ningún proceso industrial, por lo que mantiene intactas todas sus propiedades.
Calorías
Azúcar: blanco 397/100g. moreno 375/100g.
Miel: 322 / 100g.
El azúcar solo aporta energía vacía, su contenido en micronutrientes es tan escaso que no representa un aporte valioso para el organismo, gastando para ello minerales y oligoelementos en un complicado proceso de digestión, ya que es un azúcar complejo (disacárido). El excedente de lo consumido se transforma en grasa de reserva. Por su parte, la miel tiene un alto porcentaje de azúcares simples (monosacáridos), que actúan como excelente fuente energética, de fácil digestión y asimilación. Esto hace que tras un esfuerzo apenas quede excedente, por lo que no hay peligro de transformarlos en grasas.
Micronutrientes
Azúcar: hidratos
Miel: calcio, magnesio, potasio, fósforo, ácido fólico y vitamina C
Tras el proceso industrial de blanqueado, al azúcar sólo le quedan algunas trazas de hidratos; sin embargo, la miel contiene más micronutrientes y en mayores proporciones que el azúcar ya que el néctar de las flores es enriquecido con enzimas, minerales y vitaminas tras ser recogido por las abejas.
Además de todas estas diferencias, la miel contiene un alto nivel de antioxidantes que favorecen el tratamiento de resfriados, tos u otras afecciones respiratorias, gracias a su efecto expectorante. También controla los niveles de azúcar en sangre, mejora la salud gastrointestinal y controla el colesterol ‘malo’
Artículo by ellocoquecorre.com
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