Es el plato tradicional por excelencia de bacalao en España. Es de origen vasco y cuenta la leyenda que nació de la necesidad que acuciaba en aquella época Bilbao y que gracias al error en un pedido realizado por un comerciante y a las reservas de aceite de éste, que el pueblo sobrellevó mejor la hambruna surgida de los dos ataques carlistas.
Es muy sencillo, con solo tres ingredientes, aceite, ajo y bacalao, aunque hay personas que también les añade guindilla. Lo único que requiere este plato es paciencia y dos puntos básicos: El bacalao en su punto y salsa bien emulsionada. No tiene nada de complicado. Os cuento:
Ingredientes:
- 800 gr. Bacalao desalado cortado en lomos
- 7 Dientes de Ajo
- 200 ml. de Aceite
- Guindilla (opcional y al gusto)
Elaboración:
- Cortar los ajos en laminas y echarlos en una cazuela con el aceite bien caliente y dorarlos
- Retirar los ajos y reservarlos
- Esperar que atempere el aceite y «cocer» el bacalao en el aceite a baja temperatura durante unos minutos en la cazuela con la piel hacia abajo.
- Retirar del fuego y con movimientos circulares o de vaivén a la cazuela se va emulsionando el aceite con la gelatina que tiene el bacalao (esta es la parte que requiere más paciencia) cuando la salsa esté espesa y haya ligado lo suficiente emplatar.
- Decorar con los ajos reservados y rodajitas de guindilla.
¡Que aproveche!